jueves, 6 de diciembre de 2012

Otra día de recuerdos

Muchas veces siento que soy bueno para escribir cartas que nunca serán leídas, tal vez porque es sólo una vaga solución a problemas absurdos y presiones que me agobian día y noche; tal vez es la necesidad de gritar palabras escritas en un blog para alguien que nunca se enterará; tal vez para que la gente lea una parte de mí. Sea cual sea la razón no importa, siempre seguirá siendo un error.

Algunas veces callar es la mejor manera de decir las cosas. Algunas veces lo único que necesitas es un pequeño empujón para perder la razón. Algunas veces perder es la mejor opción.

Recuerdo muy bien mi primaria, fue hace tanto tiempo, viví momentos inolvidables y conocí personas excelsas pero había alguien en particular, que logró cambiarme. Yo tenía apenas ocho años y empezaba un nuevo año escolar. Me senté en el pupitre como era costumbre y la clase empezó, a los diez minutos una niña cruzó la puerta y llamó inmediatamente mi atención. La descripción está de más, sólo recuerdo que fue la primera vez que sentí aquellas mariposas en el estómago, me sentía nervioso, y no podía terminar una frase sin parecer un idiota. Ella sonreía y yo volaba. Fue fantástico. Pasamos todo un año comiendo juntos, haciendo la tarea juntos, incluso dándonos obsequios del día de San Valentín, Navidad, nuestros cumpleaños y demás. Los pretextos para tomarnos de la mano sobraban y uno que otro beso en la mejilla hacían que quedara de un tono rojo intenso. Fue un año bastante alegre hasta que esta niña me dio una mala noticia, me dijo que su hermano había reprobado materias o algo así y tenía que cambiarse de escuela. Yo tenía ocho años, no tenía idea de lo que pasaría, hasta que un día desapareció y jamás volví a saber de ella.

Años más tarde la encontré y tenía una estúpida obsesión por estar con ella, pero en el fondo sabía que no sería lo mismo. Habíamos cambiado, ambos cambiamos y nada era como cuando teníamos ocho años. Es absurdo pensar en una oportunidad con algo que terminó hace ya mucho tiempo, es necedad de mi parte esperar una respuesta positiva de ella. Todo acabó mucho antes de haber empezado. Hoy después de tanto tiempo me di cuenta de las cosas, necesité ayuda pero comprendí que lo que siento no es ni siquiera cariño, es un recuerdo vago de mis memorias, de cualquier forma es mi primer amor y jamás la olvidaré, pero tengo que seguir caminando y dejar de tropezar con la misma piedra. Dejar de confundirme con señales que no existen y dejar de pensar que estoy volando cuando lo que hago es tropezar una y otra vez. No es fácil dar todo por perdido, pero algún día me tenía que dar cuenta. El mejor recuerdo de mi niñez es ella, mi primer amor, mi primer beso en la mejilla por una niña, la primera vez que tomaba una mano, la primera vez que comía con alguien… Es hermoso, pero a fin de cuentas es un recuerdo, un valioso y alegre recuerdo.

Ahora no queda más que seguir mirando hacia adelante y terminar con este ciclo de una buena manera, ya sea aquí o a dónde me tenga que ir.

Eres mi mejor recuerdo, mi mejor historia, mi mejor error y quiero que sepas que sigues siendo mi todo aunque ya no estés, aunque no hayamos sido nada, aunque seas sólo un recuerdo.


Alexis Herrera

No hay comentarios:

Publicar un comentario